martes, 11 de mayo de 2010

Chocolate Nestlé Gold


En el supermercado al que fui estaban estos chocolates estaban destacados con una subgóndola particular. Viéndolos así fue difícil resistirse a probar uno, además, ese día hacía frío y el cuerpo pedía azúcar.
Me lo llevé a mi casa y me comí cinco cuadraditos tomándome un café. Muy rico y muy recomendable. Hay veces en que uno come chocolate y aunque satisface la necesidad de dulce, sabe que en el fondo está comiendo azúcar industrial. Acá no, realmente se siente el sabor a cacao y la idea de que uno está ante un buen chocolate.
La presentación que tienen me gustó también, porque los chocolates que se deshacen suelen pegarse al paladar y la forma cuadrada de los tradicionales termina molestando. El Nestlé Gold tiene forma de almohada, algo muy cómodo para la boca.
Por último, nada supera la alegría de estar comiendo chocolate cuando más se necesita.
En resumen: Muy buen sabor y se nota la buena calidad
Precio: $2.500

martes, 4 de mayo de 2010

El té Supremo


Tengo varios sobres de Té Supremo en mi cajón del trabajo. No me parece que sea una mala marca, aunque claro, si uno se pone a comparar con Twinings, Dilmah, Celestial Seasonings y bla bla bla, tal vez salga perdiendo. Hay gente que no se da cuenta de la diferencia y el té será siempre el mismo sin importar la marca que tenga. Mi mamá es una de esas personas. A veces le doy a probar una de mis bolsitas de té con sabores y me mira con cara de desconcierto y jurando que para ella tiene el mismo gusto del té Mildred que toma siempre.

Volviendo al té Supremo, es un clásico chileno. Leo en el paquete que la marca existe desde 1875, pero el té en bolsitas té Supremo nació en 1975, antes sólo se tomaba el té en hojas.

Antes sólo se compraba ese té en hojas y se preparaba en la casa, no había sabores ni variedades. Ahora hay un pasillo entero del supermercado destinado al té y café. Cómo cambian las cosas.

¿Por qué compramos lo que compramos?

¿Qué nos hace escoger una marca sobre otra, el estado anímico, la recomendación de la amiga, el snobismo, la moda?

¿Por qué alegamos tanto cuando sube el pasaje de micro, pero no nos duele nada gastar en, por ejemplo, en una crema que es carísima?

¿Tiene lógica el orden de las cosas en los estantes de los supermercados para hacernos sucumbir?

De gastos y decisiones, de eso trata este blog.

Atte.

La autora